Máxima Zorreguieta es dueña de un estilo sencillo, sin estridencias pero con glamour. Puede cruzar a nado el Canal de Amsterdam en el marco de un acto benéfico, como hizo en septiembre del año pasado para recaudar fondos para una asociación de enfermos de esclerosis múltiple; o dar una conferencia sobre microcréditos, tema sobre el cual asesora a las Naciones Unidas. Así como se ocupa personalmente de la crianza de sus niñas, Máxima es reconocida por su cercanía y conexión con la gente. No en vano es uno de los miembros de la casa de Orange-Nassau que goza de mayor apreciación popular, según las encuestas.
Otro de sus fuertes es la elegancia: según expertos en moda que la han vestido, entre ellos Benito Fernández, Máxima ha logrado fusionar las exigencias del protocolo de las monarquías europeas con la frescura y la innovación propias de estas "reinas siglo XXI", que llegan al trono con un diploma universitario y con experiencia laboral "burguesa" bajo el brazo.